SEMANA 3: Reconocimientos de las problemáticas y el proceso de diseño.

 

El jueves los profesores expusieron sobre el “reconocimiento del problema arquitectónico”, develando en dicha explicación muchas falencias que tenemos de comienzo en la arquitectura, por ejemplo, proyectar ideas sin una respuesta lógica ni fundamentos sólidos.

En general mostraba la metodología y proceso en la creación de proyectos, resumida principalmente en 3 partes:

1.- Idea: es el “motor” del proyecto, una reflexión sobre que quiero resolver, lo que da cuerpo a una solución.

2.- Fundamento: es lo que configura el acontecer humano, el punto donde se une la teoría y la práctica, donde la idea organiza decisiones más allá de la visual, entregando firmeza al proyecto en su trasfondo.

3.- Proceso de diseño: parte desde identificar la problemática, posteriormente se proponen las necesidades mediante el programa, luego va la fase de proyecto, con los conceptos, croquis preliminar y ante proyecto, para culminar en el producto y finalmente la evaluación.

Varios pensamientos de la clase me hicieron cuestionar el proceso que seguía a la hora de proyectar mis ideas, de partida el concepto de metapensamiento, o “pensar sobre el pensamiento”, lo que me pareció realmente interesante, porque muchas veces nuestro raciocinio nos entrega una solución del problema, pero ¿realmente solo existe esa solución?, generando así una escala de pensamientos que nos ayudaran a entender desde más perspectivas el asunto y así brindar soluciones quizá fuera de nuestra zona de confort, pero que realmente son más eficaces.

Otro factor que ahora entiendo mejor es la importancia del programa, antes solo lo indicaba mostrando su usuario, la superficie del proyecto e ideas vagas, cuando en realidad responde a varias preguntas, ¿qué?, ¿para qué?,¿para quién?, ¿cómo? y ¿dónde?, lo que genera un sustento teórico y practico sobre el diseño y sus decisiones.

Para acabar, rescato la analogía sobre los icebergs dicha en clases, donde más de la mitad del mismo se encuentra oculta bajo el mar entregándole firmeza, sucediendo algo similar con la arquitectura, en el cual un buen trasfondo de información ubicada en su contexto da mayor consistencia a lo que proyectamos visiblemente.