En la entrada anterior hablábamos sobre el reconocimiento de la problemática, pero ¿Qué ocurre tras su análisis para comenzar el proceso de diseño?, en este punto se debe conceptualizar la problemática, mediante el uso de la idea rectora, quien guía los pasos hacia el proyecto, siendo la forma que concentre el entendimiento y soluciones de la problemática.
La
idea rectora abarca y representa los antecedentes del problema haciendo una vista no literal de la idea escogida, sino extrayendo y sintetizando sus factores relevantes de acuerdo al problema, para llevar estas características a una propuesta arquitectónica. para esto existen muchos procesos conceptuales, por ejemplo, la analogía a la naturaleza, las metáforas que son reinterpretaciones de un algo , o incluso la explotación formal que es en la generalidad que solemos caer al diseñar, tomando de forma literal la forma de la idea, sin abstraer las características de este.
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